El gen ATP1B mutado es un factor de riesgo para el Parkinson



El cerebro consta de aproximadamente 100 mil millones de neuronas que forman una red compleja e interconectada en nuestro cerebro, lo que nos permite generar patrones de pensamiento y acciones complejas. Estas neuronas o células nerviosas son las unidades funcionales del sistema nervioso que procesan y transmiten información alrededor del cuerpo. Las enfermedades neurodegenerativas se desarrollan con la pérdida progresiva de estas neuronas.
Enfermedad de Parkinson. Ilustración 3D que muestra neuronas que contienen cuerpos de Lewy, pequeñas esferas rojas que son depósitos de proteínas acumuladas en las células cerebrales que causan su degeneración progresiva. Haber de imagen: Kateryna Kon / Shutterstock La enfermedad de Parkinson (EP) se desarrolla cuando células nerviosas específicas en el cerebro se descomponen o mueren gradualmente. Cuando estas células nerviosas mueren, ya no pueden liberar un mensajero químico vital conocido como dopamina. Con la disminución de los niveles de dopamina, se produce una actividad cerebral anormal, que conduce a síntomas como temblores, dificultad para caminar y rigidez. La etiología exacta de la enfermedad de Parkinson sigue sin estar clara, pero varios estudios han señalado que la mutación genética y los factores de riesgo hereditarios son posibles impulsores de la enfermedad.
Ahora, un equipo de científicos del Laboratorio Christine Van Broeckhoven (Centro VIB-UAntwerpen para Molecular Neurología) ha identificado un nuevo gen de riesgo para la enfermedad de Parkinson. Su trabajo se publica en la revista Acta Neuropathologica. El gen, ATP1B, funciona al ser un transportador de glucosilceramida, que es un lípido que juega un papel importante en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
Una mutación en este gen conduce a la pérdida de la proteína ATP10B y una expresión reducida del gen ATP10B , lo que lleva a la pérdida de neuronas y sensibiliza las neuronas a los factores de riesgo ambientales de la enfermedad de Parkinson. Los científicos creen que centrarse en este gen y las posibles mutaciones puede conducir a nuevas terapias para tratar a los pacientes con la enfermedad de Parkinson. En las últimas décadas, los estudios e investigadores se centraron en determinar la causa de la enfermedad de Parkinson con la esperanza de lograr un tratamiento para la afección. Actualmente, no existe un tratamiento o cura para la enfermedad neurodegenerativa, pero las terapias se centran en reducir sus síntomas y ralentizando su progresión. Identificar los genes y las mutaciones que contribuyen a la enfermedad de Parkinson se suma a la comprensión del proceso y los mecanismos de la enfermedad. En alrededor del 5 al 15 por ciento de los pacientes con EP, los estudios genéticos han observado varias mutaciones genéticas que explican la segregación de la enfermedad en familias con enfermedad de Parkinson entre generaciones.
A través de las familias, se sabe que las mutaciones en la línea de sangre son altamente penetrantes, lo que significa que el portador de la mutación genética tiene un alto riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson en su vida. En algunos casos, como los pacientes esporádicos que son pacientes con enfermedad de Parkinson no familiar, se sabe poco sobre los factores que causaron la enfermedad. Estos pacientes tienen varios genes y mutaciones de riesgo, junto con factores ambientales, que contribuyen al desarrollo de la EP.
Para llegar a sus hallazgos, el equipo encabezado por Stefanie Smolders en el laboratorio VIB-UAntwerpen identificó mutaciones en el gen ATP10B en niños con la enfermedad de Parkinson a una edad temprana, mientras que sus padres estaban sanos. Los niños eran portadores de dos mutaciones en dicho gen, uno en cada cromosoma heredado de los padres, similar a la herencia recesiva. Además, el equipo también identificó otros seis portadores de dos mutaciones del gen ATP10B en un grupo de 617 pacientes no relacionados.
En los portadores, el equipo descubrió que tienen una mayor variabilidad en la edad de inicio de la enfermedad, lo que indica que la combinación de muchos Las mutaciones pueden tener diversos efectos sobre la expresión de ATP10B. Científicos del equipo de KU Leuven, encabezados por Shaun Martin, analizaron la función del gen ATP10B. Reveló que dicho gen actúa como un transportador, eliminando los lípidos del lisosoma, la parte de la célula responsable de la digestión de macromoléculas, partes de células viejas y microorganismos.
ATP10B transporta glucosilceramida, que es un lípido que juega Un papel esencial en la enfermedad de Parkinson. Por lo tanto, el gen funciona al preservar la salud y protege las células nerviosas contra los factores ambientales relacionados con la EP. El descubrimiento del gen mutado puede ayudar en el desarrollo de terapias dirigidas a la EP. El descubrimiento también arroja luz sobre la patogénesis de la enfermedad, proporcionando una mejor comprensión de los cambios fundamentales que ocurren en las células nerviosas. La enfermedad de Parkinson afecta a más de 10 millones de personas en todo el mundo. Solo en Europa, la enfermedad neurodegenerativa afecta al menos a 2 millones de personas, mientras que alrededor de 600,000 estadounidenses son diagnosticados con EP cada año.
Los pacientes con EP muestran o manifiestan síntomas motores y no motores, lo que les impide realizar sus actividades diarias. Los signos y síntomas comunes de la EP incluyen temblores o temblores en las extremidades, manos y dedos, movimientos lentos, rigidez muscular, pérdida de movimiento autónomo, cambios en la escritura, problemas del habla y problemas de equilibrio o coordinación, entre otros. Actualmente, no existe tratamiento o terapia efectiva para la enfermedad.
La progresión de la enfermedad tiene un impacto significativo en la calidad de vida del paciente, lo que lleva a los científicos de todo el mundo a buscar un tratamiento para la enfermedad.

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